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El presidente del Parlamento británico dimite por el escándalo de los gastos de los parlamentarios

Redacción Madrid. 20 de mayo. El presidente de la Cámara de los Comunes del Reino Unido, Michael Martin, anunció su renuncia en medio de la crisis que sacude a la institución por los gastos de los parlamentarios.
 
Martin tuvo que hacer frente a severas críticas y presiones por parte de varios legisladores por su manejo del escándalo que involucra el uso del dinero público para cubrir los gastos de los parlamentarios; en muchos casos de tipo personal y, en algunos, de gran extravagancia. La dimisión coloca al Parlamento británico - considerado la Madre de estas instituciones democráticas en el mundo- en territorio desconocido, pues es el primer presidente de la Cámara que se ve forzado a dimitir en más de 300 años.
 
Martins dijo que se retirará de su cargo el próximo 21 de junio.
 
TRADICION
 
La presidencia de la Cámara de los Comunes es un cargo de tradición. La figura del presidente es emblemática y debe hacer cumplir los antiguos ritos y reglamentos del recinto legislativo.
 
El presidente, que modera los debates en la Cámara de los Comunes, es escogido al comienzo de un nuevo gobierno dentro de las mismas filas de los parlamentarios, tras ser postulado por un mínimo de 12 de sus colegas. Por lo menos tres de ellos deben ser de un partido diferente.
 
La persona elegida por mayoría se acomoda en un sillón que domina el centro del recinto parlamentario, preside las sesiones, mantiene el orden de los debates y otorga la palabra. Los interlocutores siempre inician sus discursos, sus preguntas o sus réplicas con un respetuoso "señor (o señora) presidente...".
 
El presidente de la Cámara, sin embargo, no puede tomar partido en ninguno de los asuntos y debe mantener un equilibrio en cómo distribuye la palabra.
 
Aún más, la figura del presidente debe representar la rectitud y el carácter inescrutable de la Cámara Baja y hacer cumplir y fomentar las buenas prácticas de ese cuerpo legislativo.
 
Para muchos, Michael Martin no tenía la capacidad para lidiar con las exigencias del cargo y, lo que es más importante, había perdido ese aire de respeto e imparcialidad que debe envolver su figura.
 
Empezó a tambalearse cuando se opuso a una ley de Libertad de Información y luego con su pobre manejo del debate sobre la reforma del sistema de dietas o gastos parlamentarios.
 
Este escándalo sigue creciendo y representa un peligro real para la clase política británica, tal y como está establecida hasta ahra.
 
UN ESCANDALO MUY MEDIATICO
 
La atención mediática que ha recibido el escándalo generado por las revelaciones de cómo los parlamentarios malgastan el dinero del contribuyente en supuestos gastos de funcionamiento, la ira generalizada de los votantes y el momento de crisis económica por el que atraviesa el Reino Unido aumentan el clamor de reforma.
 
Que esa reforma es necesaria es algo que todos los legisladores aceptan. El cómo todavía está debatiéndose. Tal vez la renuncia de Michael Martin sea un paso positivo en esa dirección, según los analostas.
 

Cuando un presidente de la Cámara de Comunes es elegido, sus colegas fingen arrastrarlo hasta su sillón, siguiendo la tradición centenaria. Algunos parlamentarios deben estar aliviados de no tener que arrancar a Michael Martin de su puesto para pasar página en esta epopeya política. 

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